Septiembre, un mes de Fiestas y Recogimiento
* La llegada de un nuevo año y el espíritu dispuesto al ayuno, a la reflexión y las oraciones enmarcan dos importantes festividades netamente religiosas.
Rosh Hashanah y Yom Kippur, son las más importantes festividades judías, puramente religiosas, que no están relacionadas con hechos históricos o de otra naturaleza.
La primera es el Año Nuevo judío, que se celebra los días 1 y 2 de Tishri. Es una fecha de alegría, de vida familiar, de comidas especiales y de ricos dulces. La segunda marca, el Día de la Expiación, un día “para afligir el alma”, se recuerda el10 de Tishri.
Durante esos diez días (Aseret Yemai Teshuvah) se vive una especial sensación. Por una parte, se siente la felicidad de haber llegado a un año más de vida y por otra, se toma conciencia del paso del tiempo y del inexorable avance de nuestra existencia.
Este año, en el calendario gregoriano, esas fechas caen el 19 (desde la puesta del sol del día 18) al 20 de Septiembre. Yom Kippur es el día lunes 28.
No podemos dejar de mencionar que este mes culmina con la fiesta de las cabañas o Succot (sábado 3 de octubre), que nos acerca a la naturaleza y nos recuerda que con cosas simples y sencillas, el pueblo de Israel salió de la tierra de opresión a la libertad, guiados por la mano divina.
Hoy, nos permite ver el Nuevo Año 5770 como el cumpleaños del mundo (Yom Harat Olam), el aniversario de la Creación y por lo tanto el inicio de un nuevo ciclo.
Cada día que resuena el shofar es un llamado de atención para estar alerta frente a la vida y a cada prueba que ella nos pone en el camino. Ese sonido que sale del cuerno de carnero, nos invita a ordenar nuestros propósitos y a sacar fuerzas de la debilidad para continuar la misión que se nos ha encomendado.
Cuando dejamos que nuestros pecados sean lavados por las aguas (Tashlich), podemos recordar las palabras del Profeta Micah: “¿Quién es como Tú, Di-s?. Tú perdonas nuestros pecados e ignoras nuestras transgresiones. Nos muestras misericordia, como lo hiciste a Jacob y a Abraham. Y hundes nuestras faltas en lo más profundo de las aguas”.
Esta es la fuerza que nos transmite Rosh Hashanah. Es el valor que encierra el comienzo de una nueva etapa en nuestras vidas, con plena conciencia de que en cada uno de nosotros está la responsabilidad de actuar apropiadamente y cumplir los preceptos y enseñanzas que son el mejor legado que podemos dejar a quienes nos sucederán. Disfrutar de la familia, de hijas, nietos y nietas y de hasta una cuarta generación, es como un regalo especial, que cada vez valoro más
Y al acercarme al Libro del Juicio que Di-s mantiene, me pregunto: “¿Quién vivirá, quién morirá… quién tendrá una vida plena y agradable… quién la tendrá difícil?”
Y la respuesta es siempre la misma: “Hay que esperar con fe los designios divinos y dispuestos a atemperar el juicio del Ser Supremo, mediante el arrepentimiento, la oración y la caridad (Teshuvah, Tefilah, Tzedakah)”.
Mi eterno deseo siempre será que todos sean inscritos y sellados en el Libro de la Vida (L´Shanah Tovah Tikatevu Ve-Tehateimu).
(Por Tulio Astudillo)
0 comentarios:
Publicar un comentario