¿Intuición de Madre o Premonición?
* Doña Angela Jeria comentó hace unos días que su hija Michelle podría volver (a ser Presidenta) en 2014.
* Su popularidad alcanzó a más del 75 por ciento, cuando quedan pocos meses para entregar su cargo.
Todo puesto público desgasta a quien lo ejerce. Nominado o electivo. Aún así, en el caso de los parlamentarios o de las autoridades comunales, no temen ser rechazados y quieren ser inamovibles.
Sólo desean volver una y otra vez a ocupar su cargo o a pasar al "segundo nivel", si se es diputado o concejal.
En el Congreso, por ejemplo, no se aprobó una ley que limita los periodos de reelección de Diputados y Senadores.
El poder es apetitoso y se saborea con ansias cuando se logra. Más grato resulta cuando hay de por medio un jugoso "cheque mensual", poder y reconocimiento público.
Sin embargo, todo tiene su excepción. Y me refiero especialmente a la Presidenta de Chile, doctora Michelle Bachelet Jeria. Hace poco, el pasado 29 de septiembre cumplió 58 años. Recibió impresionantes muestras de afecto de todos quienes la tuvieron cerca.
Cuando asistió a las actividades de las Fiestas de la Independencia de Chile, los pasados días 18 y 19 de septiembre, donde quiera que fuera, derrochó simpatía, bailó la cueca (danza tradicional chilena), leyó un discurso con algunos versos en décimas de los cantores chilenos, bebió chicha (jugo de uva fermentado), en un hermoso cuerno decorado con el escudo chileno y borde de plata... En fín, disfrutó como cualquier mujer de pueblo, con las costumbres del pueblo.
Hasta se retrató con el personal de servicio del Palacio de Gobierno, acción hasta el momento inusitada, si se compara con otros jefes de Estado, que no se salen de las estrictas reglas del Protocolo y de Seguridad.
Las críticas que algunos políticos le hicieron al inicio de su mandato presidencial en 2006, han quedado atrás y se recuerdan como parte del anecdotario de la primera mujer que es elegida Presidenta en este largo y angosto país del cono sur de América.
En los albores de la culminación de su periodo presidencial, las encuestas le otorgan el 75 por ciento de popularidad. Los niveles más altos a los que puede llegar un Mandatario, especialmente cuando está a punto de que le sucedan en el cargo.
No hay quejas... puras alabanzas...
Lo malo puede mejorarse y lo bueno se aplaude a rabiar. Supo sortear los embates de la crisis, buscar soluciones al problema energético, guardar para los períodos de vacas flacas y más aún, dejó la vara muy alta para quien quiera que le reemplace.
Los que no siguieron su estilo de gobierno, con austeridad y dedicación a los más necesitados, ya no forman parte de su Gabinete.
Ha sido gran defensora de los derechos humanos, ha luchado contra la desigualdad y la intolerancia. Ha buscado la forma de reivindicar a los pueblos originarios. Ha estado presente en cuanto evento diga relación con mejora de la salud, de la educación y del medio ambiente.
Bachelet cree en la igualdad de oportunidades, en la mejor educación, en la preparación técnica y en el mantenerse al frente en el uso de las más modernas tecnologías para el bienestar de la población.
Hay problemas, como en todas las casas. Ha sido buena jefa de hogar, madre cuidadosa, atenta cuando sus más de 16 millones de hijos reclaman por algo y tienen problemas. Se las ha arreglado para escuchar y tratar de resolver las demandas dentro de lo posible.
¿Y lo imposible?... Se le perdona, pues ha hecho un gran y honesto trabajo. De hecho, el bienestar de los chilenos, se envidia en muchos lugares. Ya no se nos mira hacia abajo y el estigma de ser "tercermundista" quedó en el pasado.
Dicen los "futboleros", que con su "bendición", la selección de Chile clasificará para el Campeonato Mundial de Fútbol de Sudáfrica. Y pregúntenle a ella... Su hija Francisca Dávalos es excelente deportista y la Presidenta, hasta se ha quedado descalza lanzando un puntapié inicial al inaugurar un campeonato de ese deporte.
Bachelet es sencilla y disciplinada como buena doctora en Medicina. Ahora que adquirió experiencia en el manejo de un país y que a bordo de ese tremendo barco ha sabido salvar tremendos escollos, los auspiciosos comentarios de su progenitora podrían hacerse verdad.
Su madre, Angela Jeria, la ve de vuelta para el 2014 en el sillón de O´Higgins... Yo lo creo también.
En la carrera por la reelección, habrá una gran contienda contra el ex-díscolo, hoy el flamante candidato presidencial Marco Enríquez Ominami.
Va a ser formidable un enfrentamiento entre esos dos personajes que se han sabido ganar el apoyo del pueblo.
Si Bachelet logra mantener su actual imagen, en el 2014 va a ser recibida con los brazos abiertos. ¿Qué porcentaje de votos cree usted que sacaría?...
Esperemos a ver... Nadie puede predecir el futuro... pero a veces, las corazonadas salen ciertas.
BACHELET EN EL MUSEO DE ANA FRANK
El pasado 20 de mayo de 2009, un político criticó a la Presidenta Bachelet porque ella se sintió emocionada al ver en forma directa el lugar donde Ana Frank, su familia y otros amigos tuvieron que pasar un largo encierro evitando ser capturados por los nazis.
La niña narró parte de sus experiencias en un diario que ha pasado a ser texto obligado en las escuelas y colegios de Chile.
En esa oportunidad, como estudioso del Holocausto y luchador incansable contra toda forma de tortura, intolerancia y discrimen, envié una carta al diario La Segunda, con mi opinión.
Ese medio fue tan gentil que publicó todo el texto que les envié en esa ocasión y hoy, que por su interés, me permito reproducir en esta columna:
"Una entidad creada por el Parlamento Israelí para Recordar a los Mártires y Héroes del Holocausto, ha designado a decenas de personas y entidades no judías con el título de "Justos entre las Naciones". Entre ellos figura el conocido Oskar Schindler y la no muy renombrada ciudadana chilena María Edwards Mac Clure, igualmente meritoria. Se tiene como lema "Quien Salva a un ser humano, es como si salvara a la Humanidad Entera".
Igual acontece con la tortura, el encierro no justificado, el trato inhumano, cruel y degradante. No tienen niveles ni medidas. Las personas sometidas a privaciones de libertad por agentes particulares o del Estado, no se miden por su edad, condición social, origen, religión o pensamiento político.
Cualquier forma de arresto, detención o prisión fuera de la ley; o prácticas de interrogatorios que violen la dignidad humana, son contrarias a los tratados o convenciones aprobadas por los países que integran las Naciones Unidas u otras organizaciones.
Basta un minuto de privación injusta de la libertad, un intento de tortura o una amenaza o amedrentamiento para someter a un ser humano al más alto nivel de miedo, temor o incertidumbre. Los años de encierro de los Frank en un cuarto de la fría y vieja oficina de Prinsengracht 263, en Holanda, son tan crueles e igualmente comparables a los pocos o muchos días de prisión de los Bachelet en Villa Grimaldi.
En una alocución ante el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, la doctora Bachelet recordó que cuando llegó detenida a ese centro de retención y tortura, iba con la vista vendada sin saber cuál sería su destino.
Basta ese acto de ignominia para reducir a un ser humano y comenzar a destruir su dignidad. No es cuestión de edad, profesión o nivel intelectual.
Basta con la sensibilidad necesaria para revivir el dolor y la angustia cuando se enfrenta a un memorial tan signiificativo como lo es el Museo de Ana Frank. Es el mismo dolor que sienten los cristianos cuando se enfrentan a la cruz y al hombre inocente, ensangrentado y maltratado por sus captores, que fue sometido a crueles interrogatorios y al maltrato.
Criticar a la doctora Bachelet por emocionarse, por revivir su propio cautiverio y por condolerse con el drama sufrido por los Frank, no es justo ni adecuado. Vivimos momentos en que se necesitan la tolerancia, el respeto y el mantener viva la memoria para que hechos como los comparados no se repitan.
Por eso es que se critica a Guantánamo, Boniato, Villa Grimaldi, Auschwitz, Terezin, y muchos centros de tortura famosos en el mundo de la llamada "civilización moderna".
Durante la ceremonia de entrega de una distinción en el Día del Holocausto, me correspondió ser maestro de ceremonia y apreciar la simpatía y calidad humana de la Presidenta Michelle Bachelet.
Vale recordar que la Presidenta de Chile fue distinguida hace unos años con un reconocimiento especial en el Día del Holocausto, por su lucha por la defensa de los derechos humanos, por su respeto a la dignidad de las personas y por su respeto a la memoria de los seis millones de víctimas del Holocausto (entre ellos, un millón y medio de niños, víctimas inocentes de los nazis). Es de más conocida su sensibilidad frente al tema.
Las lágrimas valen lo mismo para ricos y pobres, para los de derechoa o de izquierda, para niños y adultos. No hay tortura pequeña, ni encierro que no dejen huellas.
Parafraseando a Jesucristo podría decir: "Perdónalos Señor, porque no saben lo que hacen"...
Escarbando la heridas no conseguimos que cicatricen.
Tulio Astudillo
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