Un Texto que Mantiene Vigencia

* La Desiderata fue encontrada en la Iglesia de Saint Paul, en Baltimore, Maryland, en el año 1692.
* Para muchos ha sido una verdadera lección de vida. Les invitamos a leerla.
Hace algunos años, cuando estaba al frente de mi empresa de comunicaciones y eventos especiales, solía entregar a mis compañeros de trabajo algunos textos motivacionales. Entre ellos, uno de mis favoritos era La Desiderata.
Ha habido muchas traducciones e interpretaciones, desde su hallazgo hace cerca de cuatro siglos. Sin embargo, el contenido no se ha perdido y menos aún el sentido de ese escrito, de autor desconocido.
Se ha dado el caso de algunas personas que se han atribuido su autoría, por el mero hecho de darlo a conocer o transcribirlo.
Este no es el caso. Nuestro blog es sólo un medio de compartir dichos párrafos con ustedes.
Con todo cariño les invitamos a leerlos.

DESIDERATA
Camina plácida y serenamente entre el ruido y la prisa.
Recuerda que puede haber paz en el silencio.
Hasta donde sea posible, sin rendirte, trata de estar en buenos términos con todo el mundo.
Di tu verdad, serena y claramente y escucha a los demás, incluso a los aburridos e ignorantes, porque ellos también tienen su historia.
Evita las personas agresivas y escandalosas porque hacen daño al espíritu.
Si te comparas con los demás, puedes llegar a ser vanidoso y amargado, porque siempre habrá personas tanto o más capaces que tú.
Disfruta de tus logros, al igual que de tus planes.
Guarda interés en tu propia carrera. Por humilde que ésta sea, es una posesión real que tendrás en los cambios de fortuna que el tiempo nos depara.
Sé cauto en los negocios, porque el mundo está lleno de trampas, pero no te ciegues ante la virtud que puedas encontrar.
Mucha gente lucha por altos ideales y la vida está llena de heroísmo.
Sé tu mismo. No muestres afecto cuando no los sientas. Tampoco seas cínico ante el amor, porque a pesar de toda la aridez y el desencanto, es perenne como el pasto.
Acepta con cariño el paso de los años y deja de lado con gracia las cosas de la juventud.
Alimenta la fuerza de tu espíritu, para que te proteja y sostenga en la desgracia repentina.
No te atormentes con fantasías. Muchos temores nacen de la fatiga y de la soledad. Junto a una sana disciplina, sé gentil contigo mismo.
Tú eres una criatura del universo, igual que los árboles y las estrellas. Tú tienes derecho a estar aquí. Y aunque no te resulte claro, el universo se desarrolla como debe ser. Por lo tanto, manténte en paz con Dios, no importa como lo concibas y cualesquiera sean tus trabajos y aspiraciones.
En la ruidosa confusión de la vida, debe estar en paz con tu alma, porque a pesar de toda su farsa, arduas tareas y sueños perdidos, éste es un mundo hermoso.
¡Cuídate!
¡Esfuérzate en ser feliz!
(Encontrada en la Iglesia de Saint Paul, en Baltimore, Maryland, Estados Unidos, en el año 1692)