Nuestra Razón de Ser...

La memoria permite evitar que los errores del pasado se repitan. Nunca más un Holocausto. No importa el origen, el sexo, la raza, la nacionalidad o la religión.
El recuerdo de la Shoá debe estar vivo. El número de seres humanos torturados, asesinados, sometidos a bajezas y degradados por el sólo hecho de ser o pensar diferente, es importante. Sin embargo, hay que tomar en cuenta que no importa la cantidad, porque no hay ni una sola vida humana despreciable. El dolor y el sufrimiento no se cuantifican.
Pretendemos educar, informar y entregarles opiniones mesuradas y consecuentes que nos permitan abrir a la razón nuestra alma, nuestra mente y nuestros corazones.
Iniciamos nuestra jornada educativa en el Año Nuevo judío, 5770, como un símbolo de cambio y de tolerancia.

El Editor

miércoles, 4 de agosto de 2010

¿Propineros o Pordioseros?...

* Personas de distintas edades pagan una cuota diaria para obtener un cupo en trabajos de servicio en centros comerciales, supermercados y otras empresas.
* Labores de Empaque, lavado de automóviles y otros son manejados por grupos que obtienen altos ingresos sin arriesgar nada.
* Trabajadores no cuentan con seguros, ni planes de salud ni previsión. Cada cual asume los riesgos, sin que haya una relación contractual-patronal de por medio. Laboran en "negro", con el mismo sistema de los explotadores de mujeres de la calle...
Una de las características de los países tercermundistas o subdesarrollados es la alta presencia de mendigos o pordioseros en las calles de las ciudades más pobladas.
Nuestro Chile querido tiene las más sanas aspiraciones de llegar a ser una nación de primer nivel, comparable sólo con aquellas siete o diez, que se reúnen de vez en cuando para conversar sobre temas comunes o buscar la mejor forma de gastar su dinero.
Mucho se ha avanzado en la erradicación de los desposeídos de la fortuna que arrastraban sus pies descalzos o se abrigaban con prendas raídas, sacadas de un basural. Muchos permanecían parados en las esquinas o sentados en una acera, con la mano estirada o moviendo un tarrito de lata, donde sonaban algunas monedas. Llamaban la atención de los transeúntes con un lastimero susurro que parecía sonar a: ¡"Una limonista por amor a Dios"!.
Claro que con el correr del tiempo y con los métodos más avanzados, el estilo ha cambiado y a la antigua forma de allegar algunos recursos ahora le ha "crecido el pelo".
En la actualidad existen "empresas" de propineros, con todo un sistema administrativo y organizados con el estilo que usaban los "pickpockets" o "carteristas" de los tiempos de Oliver Twist. Para que no se nos mal interprete, debemos poner énfasis en esta aclaración, ya que los propineros modernos no son de "manos largas", sino trabajadores esforzados que deben someterse a una explotación voluntaria para poder subsistir.
En cualquier negocio que tenga un mesón de empaque y una caja, se coloca una persona para manipular las compras y ayudar al cliente con su mercadería. Otros, en los estacionamientos, aprovechan de cuidar autos y de lavarlos, cuando se le solicita.
Por supuesto que no se trata de ir y "trabajar". No. Se emplea el siguiente método: Un líder, más vivaracho y aguzado que los demás, está bien conectado con empresas que necesitan ayuda. Organiza a un grupo de niños, jóvenes o adultos desempleados, que son reclutados mediante avisos en la prensa o por recados "boca a boca". Este "jefe" vende los servicios de estas personas a supermercados, tiendas de materiales de construcción, centros comerciales o donde quiera que haya necesidad del apoyo ofrecido.
A cada uno de los que "coloca" en un puesto, les cobra una cuota diaria y los pone a trabajar. Se les provee de una pechera, de un guardapolvo o de una camiseta impresa, según sea el caso. Este mini-empresario no declara ingresos, recibe la comisión "en negro", no cuenta con seguros y así, va embolsándose una millonada mensual sin mover ni un dedo... Es decir, más bien, gana mucho con el simple "chasquido de los dedos".
Los reclutados pasan a ser modernos y uniformados "trabajadores medicantes". Viven de lo que les da el público (que no siempre les da). Y con su cuota diaria mantienen al "explotador", que opera al más puro estilo de los proxenetas.
Aquellas personas que se tienen que someter a este régimen, a todas luces ilegal, no cuentan con contrato, no hay seguros de ninguna especie, ni planes de salud ni fondo de previsión social. Tampoco pagan impuestos, ni declaran sus ingresos porque son imposibles de determinar, ya que dependen de la buena voluntad y del "bolsillo" de los clientes del lugar donde trabajar.
Contrario sucede con los "lavadores de autos", que tienen una tarifa fija por los servicios que prestan y no entregan recibo ni comprobante alguno a los clientes. Por lo tanto, son trabajadores fantasmas, de los cuales no se sabe nombre, ni a que empresa representan.
No les quepa la menor duda que dentro de esa supuesta informalidad existen obligaciones y deberes, pero no derechos. Los "favorecidos" deben cumplir horario, deben presentarse sin chistar donde se les requiera. Son entrevistados, elegidos, removidos, reemplazados y no tienen nada que alegar. Lo que tampoco debe fallar es el pago de la cuota diaria para "tener el derecho a trabajar".
En el caso de los llamados "propineros", una simulación laboral frecuente, se establece una relación directa con la empresa que goza de sus servicios en forma gratuita. Estas personas que empacan, son los que manejan la última etapa de la cadena de manipulación del producto. Son los que los embolsan, preparan los artículos para la entrega, los envuelven, los atan, los trasladan a los vehículos (si es necesario), los cargan, así suma y sigue.
Por lo tanto, existiría una relación laboral-contractual con la empresa donde prestan servicios, lo que no ha sido definido por los legisladores o no se controla adecuadamente.
Además, estos "propineros" en su recinto de trabajo deben buscar las bolsas, las amarras, los papeles, ir, si es necesario a verificar un precio "de carrerita", lo que venga. Además deben aceptar que se les llame la atención o que se les dé órdenes.
Estos "propineros" no reciben ni una mínima colación, ni un refresco o una merienda. Son verdaderas víctimas de entes patronales vampiros o de empresas o personas que los reclutan para explotarlos.
Existen vacíos en la legislación laboral. Se habla de la protección a los trabajadores, especialmente menores y ancianos. Se hacen discursos sobre la explotación y la simulación laboral, se pregona el dignificar el trabajo y otras bellezas, que se quedan sólo en palabras.
Esta situación es todo un engaño, hasta en las encuestas del desempleo, donde los "propineros" figuran como "empleados"... por realizar un trabajo, no importa las condiciones.
Por lo menos, mientras estas serias anomalías se resuelven, deberían permitirles a los "empaques" o "propineros" que coloquen sobre los mesones un tarrito o una alcancía con la leyenda: "Su propina es mi sueldo"...
Por lo menos esto ayudaría a que los clientes fueran más generosos y a que las empresas tomaran un poco de vergüenza, ya que aparentan tener "personal de servicio", sin que les cueste un solo centavo.

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